Elías Durán

Xalapa, Ver.- La tradición de los Reyes Magos se vio manchada con la presencia de pistolas, rifles, metralletas, caretas y hasta chalecos antibalas de juguete que varios puestos ambulantes ofrecían en el centro de Xalapa.

Emulando el sonido de un arma real, los artefactos eran accionados por los vendedores, en su mayoría jóvenes que mostraban su funcionamiento para atraer principalmente a los mayores.

Su costo dependía el modelo, aunque el más económico oscilaba entre los 350 y los 400 pesos. Las armas de juguete más caras rondaban los mil 300 pesos, pues su mecanismo incluía algunos accesorios.

Algunas personas se detenían a preguntar y hasta adquirían los juguetes junto con las caretas de protección, ya que los proyectiles eran bolas de hidrogel que al impacto se destruían y brincaban sobre la superficie que tocaban.

Aunque otras familias expresaban su desacuerdo al considerar que ese tipo de artefactos no deberían de comercializarse, pues podían incitar a la violencia y normalizarla entre los más jóvenes.

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