Por Javier Moreno
A las administraciones de los 212 municipios de Veracruz les están llegando sus últimos meses de vida y con ello comienzan a salir a flote diversas irregularidades. Algunos de estos supuestos malos manejos se señalaron incluso al principio del periodo que va a concluir.
Hay diferentes casos que llaman la atención a estas alturas, en los que siempre parece ser el común denominador la forma de vida de los servidores públicos y sus familias, ‘antes y después’ de los períodos que encabezaron. Ese siempre parece ser el termómetro más común y evidente para saber en dónde hubo corrupción.
Por la zona de Los Tuxtlas se comienza a comentar que los señalamientos que se vinieron haciendo durante el periodo de la presidenta de San Andrés Tuxtla, una vez más se van a manejar en la ‘agenda mediática’ en los siguientes meses.
Todos los señalamientos de este ayuntamiento y de todos se tendrán que probar, y para eso hay instancias encargadas de documentar la aplicación del dinero del erario.
Sin embargo, en el caso de María Elena Solana Calzada, una constante que se ha venido señalando es el actuar de familiares cercanos dentro de su administración y las influencias que estos han tenido en varios temas, como la asignación de obra pública, entre otras cosas.
Si a esto sumamos el estado actual de deterioro de este municipio y de otros tantos, no es difícil deducir que pronto saldrán a relucir en ese municipio y en muchos otros, malos manejos.
La verdad es que tanto alcaldes como alcaldesas a estas alturas deberían de estar más preocupados por cerrar bien sus administraciones, que por seguir ‘grilleando’. No se puede ‘tapar el sol con un dedo’.

Tapando el sol de Los Tuxtlas con un dedo
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